Había escuchado muy buenos comentarios de esta novela, pero principalmente por ser un bestseller decidí ignorarlo por un tiempo considerable, para ver si valía la pena. Finalmente, estando de viaje en París, me lo encontré en la conocida librería Shakespeare&Co, y me llamó desde una cartelera. Los pocos euros que me quedaban en el bolsillo ardían con un fuego azul y me decían que me lo lleve. Era la versión en inglés, y siempre prefiero el idioma original, así que aproveché, o mejor dicho, el libro se aprovechó de mi debilidad para que me lo lleve y le dé un hogar.
Lo leí en menos de dos semanas, algo que dadas sus 600 y pico de páginas, habla muy bien de su capacidad para mantener mi interés y su facilidad de lectura, teniendo en cuenta que al mismo tiempo venía leyendo 1Q84 de Murakami e Infinite Jest de David Foster Wallace. No cualquier libro puede hacer que deje de lado a esos dos monstruos. Ahora que terminé de leerla, y siendo yo también un escritor de literatura fantástica (y esa tendencia se filtra en mis cuentos y novelas más mainstream también) me pareció interesante hacer una disección de esta novela. Va:
Una reseña en tres partes
El nombre del viento es uno de esos títulos que a simple vista parecerían pretensiosos y que lo llevan a uno a buscar por todo el libro alguna clave que nos diga qué quiso decir el autor con ese nombre. Pero termina siendo muy concreto. Patrick Rothfuss sabe lo que hace, claramente. ¿Cuáles son los elementos por los que se destaca este libro por sobre los cientos de libros de fantasía actuales?
1) La consistencia: un libro de fantasía tiene por su pertenencia al género ciertos tropos que hay que respetar. Rothfuss toma los mínimos indispensables, y tira unos cuantos por la ventana, pero no todos. Su excelencia radica más en la ejecución, en las cosas que hace bien y en las que evita sabiamente, que en una trama revolucionaria o una prosa inmejorable.
Ejemplo principal: el sistema de magia del mundo de Kvothe. Todo libro de corte fantástico necesita algo de magia, entendiendo por ella no el uso de hechizos y cosas así si no un componente especial que permita a un "héroe" realizar cosas inalcanzables para la mayoría de los mortales. Sin este elemento, en mi opinión, un libro de este estilo no sería de fantasía si no de una cierta ficción realista no-histórica. Lo fantástico está unido a la magia, aunque esa magia sea en realidad tecnología (como en algunos libros que se cruzan con la ciencia ficción) o sea meramentet algún tipo de elemento que facilita la aparición de lo extraordinario en la trama.
Crear un sistema mágico es lo que da consistencia a todo el mundo de una novela fantástica, y por ello es muchas veces lo que hace que funcione o se rompa. Es difícil ser original en este sentido y crear un mundo que evite la magia clásica occidentalizada de los Harry Potters del mundo literario. Por eso Rothfuss, que entiende muy bien esto, le da a su magia la consistencia de la física, y la explica como si más que magia fuera simplemente termodinámica. La magia (llamada simpatía, sin explicar porqué pero es bastante obvio que se basa en la relación simpática entre objetos) en el mundo de Kvothe tiene leyes y consecuencias, y permite hacer cosas extraordinarias pero aún así ancladas en relaciones de: semejanza (de la parte al todo) y transferencia de energía (generalmente en forma de calor). Hay un componente un poco similar al vudú en ese tipo de magia pero por ahora Rothfuss logra evitar comparaciones odiosas tratando el tema con seriedad. Como esta magia es bastante limitada en alcance, también introduce la magia basada en los nombres, que es la más clásica de las clásicas magias del mundo, desde la mitología que elijas para acá. Y si bien en este primer libro Kvothe aún está buscando el nombre del viento, nos da a entender que este es un mundo donde, como en los libros, las palabras tienen poder. Saber el nombre verdadero de las cosas y saber usarlo le confieren a uno un poder mucho mayor al de la simpatía. Es un elemento que podría ser demasiado fantasioso y usado en exceso, por eso Rothfuss sabiamente nos da un sistema mágico más "realista" para demostrarnos que es un mundo no caótico, donde nadie tendría un poder absoluto.
2) La narrativa enmarcada: Rothfuss hace buen uso de este recurso al ser Kvothe el que esté contándonos su propia historia, a través del relato que le hace a un cronista. Las interrupciones del relato son apropiadas y los interludios en los que Kvothe explica a su escriba aspectos más personales del relato son moderados y útiles. Hay una creciente divergencia entre el Kvothe joven de la historia y el Kvothe narrador, que uno va percibiendo a medida que el relato avanza, pero el tono narrativo de Rothfuss/Kvothe es muy consistente y la prosa logra ser atrapante sin caer en recursos pesados para mantener la atención del lector. Usado por un escritor menos hábil, la narrativa enmarcada resultaría pesada, porque a uno le interesa más lo que cuenta el personaje que su situación actual y "estática" de narrador, pero Rothfuss agrega en cada interrupción del relato y regreso al presente narrativo algún elemento que mantiene la intriga del lector sobre qué habrá pasado para convertir a Kvothe en ese narrador tan distinto al héroe de su historia. Lo que sí me pareció "mejorable" es que Kvothe es demasiado perfecto en su relato, no duda nunca sobre su recuerdo o sobre los hechos en sí, sólo duda por momentos en cómo hacerles justicia. Me hubiera gustado verlo desviarse un poco más, o dudar de si los hechos fueron tan así como él los vivió, o si su recuerdo está manchado por la nostalgia o por algo más. Quizás en los libros posteriores aparezca algo más que modifique esa memoria casi eidética de Kvothe, pero es un detalle que como lector/escritor me gustaría haber visto más desarrollado.
3) El misterio
Rothfuss hace bien en presentarnos la historia de su mundo en cuentagotas, a través de conversaciones y cuentos mal contados o tergiversados a través de los siglos. Ahí usa muy bien el recurso de la "decadencia de las historias" que Robert Jordan aplica como piedra basal de su megasaga "The Wheel of Time". O sea, que las historias se van convirtiendo en leyenda y cambiando su sentido, hasta que sólo una minúscula parte mantiene su verdad. Hay muchas cosas que quedan picando para ir descubriendo en los libros siguientes: si Tehlu es una figura tan "cristiana" como parece (se asemeja a Jesús+Thor), cuál es el objetivo de los Chandrian, qué tan diferentes a las hadas/elfos/faunos son los Fae (que confío en que van a demostrar ser seres interesantes y poco sujetos al cliché que indica su nombre, que está muy gastado en la literatura fantástica clásica y refiere a los pueblos Feéricos, o seres derivados de las hadas de las fábulas y mitos).
Donde creo que el misterio es abusado es en la presentación de los distintos pueblos, reinos y lenguajes de los humanos. No se notan las diferencias culturales entre los personajes más allá de decir que usan tal o cual lenguaje, y eso para mí es clave al crear un mundo fantástico. Si no, todo se tiñe de una especie de indistinción donde uno tiende a asociar los lenguajes, vestimenta y conductas a las de cualquier historia pseudo-medieval. En este punto, George R.R. Martin y Robert Jordan le sacan varios palmos de ventaja a Rothfuss ya que si algo hacen bien, eso es construir mundos y culturas bien diferenciadas y aunque en algunos aspectos sean asemejables a la cultura anglosajona clásica de este género, tienen la suficiente innovación para parecer nuevas. El uso de palabras como "demonios" y "ángeles", u otras palabras más que no tienen sentido fuera del marco de referencia de la civilización occidental y greco-latino-cristiana (como por ejemplo mencionar "los sofistas" cuando en su mundo sería mucha coincidencia que una escuela de pensamiento se llamara como la escuela de la grecia antigua) por parte de Rothfuss son un punto flojo en mi apreciación, ya que rompen un poco el ecosistema de sentido de la novela y da a entender que ciertas cosas en su mundo son iguales a las del nuestro porque sí. Pero bueno, tiene dos libros más para demostrarme que cada referencia o palabra que me parece mal usada tiene sentido en su mundo.
Conclusión
Es imposible juzgar por completo esta novela hasta que lea las dos que le siguen, pero por ahora le doy un 8/10 en mi escala, principalmente por lo bien narrado, por la carencia de pasajes donde pienso "esto está mal contado" o "podría haber narrado esto mejor", por la originalidad del protagonista que logra batir ciertas convenciones del género y mostrar que hay distinciones más sutiles en la trinidad héroe/antihéroe/villano (bien podría Kvothe ser los tres al mismo tiempo en algunos puntos de la historia), y principalmente por lograr mantener mi atención y acallar mi componente crítico durante casi todo el libro. Espero ansioso leer los próximos libros, y espero que mantenga lo bueno y mejore los poquitos puntos que me parece hacen falta.